¡Si buscan amor, buenas gentes, aquí lo tienen! Envuelto en papel de seda, en el escaparate. ¡El amor a su alcance por unas monedas! Disfrute del estado de bienestar: ¡pida amor desde su móvil! ¡Mutile una rosa por amor, gentilhombre! ¡Concédale por fin un capricho, bella dama! Ponemos el amor a su alcance, para que usted no se preocupe por nada. Amor prefabricado, amor congelado listo para consumir en sólo dos minutos. Incluso tenemos amor Bio, por si usted se preocupa por cómo hacemos el amor. ¡Ah! Pero no se alarmen, jóvenes rebeldes. Pasen por nuestra sección de alérgicos al amor, donde tenemos productos insurrectos para que puedan celebrarlo a su manera. ¡Prueben el afamado antiamor, el magnífico elixir de los solitarios! Tenemos lo que buscan. Porque todos buscamos amor, de una manera u otra, ¿no es así?
El vendedor seguía hablando sin atisbos de que me fuera a ofrecer un gratificante silencio. Salí del supermercado dejando mis compras en el carrito y volví a casa; aunque quizá aquel mercader hizo su trabajo mejor de lo que pensaba, porque al pasar por el herbolario no me resistí a comprar unas semillas de amor. Improvisé un semillero con buena luz, un poco de agua, y me tomé unas cápsulas de paciencia mientras veía cómo germinaba. Reconozco que por un tiempo pensé que fui más listo que los demás por el hecho de «fabricarme» mi propio amor, pero no me engaño: sé que ese cabrón me endosó justo lo que quería venderme.
Muy bueno, así es la vida y el marqueting, estamos a expensas de lo que nos venden, no de lo que nos ofrecen, por que puede más lo subliminal que lo material. Al final compramos lo que realmente nos quieren vender, en este caso amor, en otros peores odio, racismo etc.
Somos obra del consumismo, del conformismo y del materialismo.
Oferta y demanda, Antonio.
Cierto, no es más que eso, nos dan aquellos que pedimos a voces para que nuestro entorno de confort se vea satisfecho.
El huevo o la gallina, uno nunca sabe.
Pues si que se fabrica Johan. Y hay que regarlo cada día. Y protegerlo del frio. Y del viento. Y si no….se muere.
Pues con este viento, ¡a ver qué pasa! Jajaja.
Protégelo!!
Lo haré. ¿Me has perdonado ya? —dije mientras ponía cara de pena—.
Bueeeeeeno vale. Anda ven que te doy un abracito!!
¡Yuhu! ¿Dónde estás?
Ainsss ven!!
¡Voy! 😀
Los comerciales son muy listos. Y nos llevan con mentiras por donde quieren para que compremos lo que ellos quieren
Bueno, aquí hay oferta y demanda también.
Qué semillas te habrá vendido el señor comerciante?
😉
¿Quién sabe? En la bolsa ponía «Semillas de amor».
Semillitas de amor, seguro q se te dan bien 😉
No soy muy buen cultivador, ya veremos. 🙂
Jj si no te convence envíame la planta a casa que yo creo que bien seca, sus hojitas me fumare encantada jAjshshs
¡Coño! ¿También vale para eso?
Joder yo di por sentado solo con leer la descripción de los efectos que era mariguana lo que habías comprado
Jajaja. Igual me la han colado. No. No puedo haber tenido tanta suerte…
Jajajajaja tú dale mucho calorcito un tiempo y si al acariciarla dulcemente le brotan lindos cogollos, te aseguro que la suerte te habrá sorprendido
Montaré un negocio.
Quiero mi parte
Cincuenta cincuenta.
Justo, ni pa ti ni pa mi Jj
Besos y espero transferencia
Que tierno (: feliz san valentin!
¡Feliz, feliz!
Así es, johan.
Diste en el clavo en todo.
Hasta en ese discurso subliminal que queda como poso inevitable en nuestras cabezas.
Por un momento pensé que la semilla del amor podría ser como una de esas macetas tan cucas que compras con forma de cabeza – precisamente- y que si la riegas le va saliendo pelo-césped … Jejeje… Que guay cuando está verde y que tristura cuando empieza a quedarse calva.
En fin…¡feliz amor!
¡Gracias! Estaría bien que fuera como esas macetitas… Pero ésas suelen durar poco. 🙂
Como algunos amores..
También es verdad.
¡Muy bueno!
¡Gracias José Ángel! Un honor. 🙂
Muy bueno, Johan, insisto.
¡Por favor! Le permito que insista, jajaja.
Qué gracia. Insisto otra vez (ya puesto…).
Me alegro de verdad. No tenía pensado nada para hoy, pero mira por dónde me ha salido esto.
Ya ves. Lo mismo me sucede a veces a mí.
Los caminos de la pluma son inescrutables.
Pues sí, lo son (tanto atar y volver a atar algunas de mis entradas y casi todas las preferidas por las visitas han sido poco menos que improvisadas). Ya ves.
Ya somos dos… Cuánta incomprensión.
Cuánta, cuánta.
El amor… y lo que surja. Suerte con las semillas o con las pastillas de la paciencia, qué más da…
Jajaja. A ver cómo crece la cosa.
Fantastico!! Escribes igual de bien que das el cante.. jeje.
Créeme, se me da mejor dar el cante. No cantar.
Eso he dicho ;)…Pero cantar tampoco lo haces mal.
^_^ ¡Gracias! Seguiré dando cantes y escribiendo.
Ni se te ocurra dejarlo!!
Estoy con Margui,te han vendido cigarritos de la risa, que no? Y si no, tiempo al tiempo, cuídalos y ya verás cuaaaánto quieres a todo el mundo, jejejeje. Me encanta,un post genial 😉
Sólo es para vender, que conste. ¡Muchas gracias!
Ya, ya! Eso decimos todos al principio…sólo para vender, eso no es mío que se lo estoy guardando a un amigo, ha llamado él, ya los hice todos en clase, si sólo ha sido una cerveza…😏
Que noooooo. Se cree el ladrón que… 😀
Jajajajajaja, vale, vale. Me lo creo. Un besote, ladrón 😉
JAJAJAJA. ¡Ay! Qué iba a hacer yo sin vosotros.
Mutar en Amaia? Buenos días, por cierto! Y feliz lunes
¿Te imaginas? ¡Buen lunes!
Me has recordado a Mocedades:
En la plaza vacía
nada vendía
el vendedor.
Y aunque nadie compraba
no se apagaba
nunca su voz…
Estupenda entrada.
¡Mocedades! Seguro que están en mi subconsciente, susurrándome cosas. Malditos.
Esa Amaia con su voz melíflua… Mmmm. be careful, compañero, que creo que sí, que te está acechando, ja,ja,ja
¡Oh, Dios!
Ciertamente no podemos escapar del marketing en el que vivimos, porque como “metaforisas” ya hay para que nos den a todos y por todos lados
Tal vez no se pueda… o tal vez no queramos. 🙂
Pues a cuidar esas semillitas y la paciencia. En el fondo, el vendedor te colocó lo que quiso, pero seguro que tú lo podrás hacer tuyo.
Muy original, si, si.
Besetes, Johan.
¡A ver qué sale del semillero! 🙂
Solo cosas estupendas 😉 😉
Me cuentas lo que te sale, y si tal, hazme publicidad y te compraré un esqueje.
No hará falta comprarlo, mujer. A ver qué sale.
Unos días después yo impaciente: ¿Qué ha salido? ¿Eh, eh? ¿Ya asoma algo en la tierra? ¿Seguro que lo estás regando todos los días?
¡Hostia! ¡Que no lo he regado!