En el país que tiene por nombre Inocencia los niños nunca dejan de ser niños. Es decir, sí, cumplen años y desarrollan sus cuerpos, pero nunca dejan de comportarse como tales.
No existe la moda ni el canon de etiqueta. Se ven mujeres y hombres hechos y derechos vestidos de princesas por la calle, con purpurinas y colores brillantes. Las combinaciones son infinitas. Magos de chaqué y chistera, aventureros con espadas de juguete en el cinturón y capas de superhéroe.
Si una persona ve a otra por la calle, se saludan. Sin complejos de razas o tamaños. Se miran y, si no hay respuesta, nadie se enfada. Todos los días se hacen amigos nuevos. El «¿quieres jugar?» se usa más que el «encantado de conocerte».
No hay escuelas en aquel país, porque no hacen falta: sus habitantes nunca dejan de preguntarse «¿y esto por qué?». Cuando ven algo desconocido, se acercan y lo tocan. Lo exploran, se caen y se levantan hasta que no es posible caerse más. Todo el mundo habla mil idiomas —algunos son inventados—, porque no tienen miedo a equivocarse.
Nadie guarda sus sentimientos. Cuando están felices, ríen, y, cuando les ocurre algo, lloran. Y hablan sin tapujos. Sin pensar en las reacciones o en las formas. ¿Y saben qué? Así, cuando alguien está triste, los demás saben que tienen que ofrecer consuelo. Y nadie tiene miedo a opinar diferente, porque todos lo hacen. ¡Sus abiertas mentes tienen ideas que serían inverosímiles en nuestro mundo!
No se pierde el tiempo caminando. Cuando alguien se dirige a algún sitio, se juega por el camino y no se mira la hora. Como mucho se pregunta si se ha llegado ya, aunque se llega cuando se llega, se come cuando se tiene hambre y se duerme cuando se tiene sueño. Bueno, por la noche nadie quiere dormir porque tienen demasiadas ganas de vivir para conciliar el sueño, pero antes o después todos caen rendidos.
En Inocencia se trabaja, no crean que no, aunque de manera muy diferente. Cada persona se dirige al trabajo que le gusta y lo hace continuamente hasta que lo domina tanto que se aburre. Cuando eso pasa, enseña a otra persona a hacerlo hasta que la enseñanza deja de tener secretos, y una vez harto, busca otro trabajo.
Es verdad que sus gentes no cuidan los modales. Comen con las manos y se ensucian, pisotean los charcos y saltan los unos encima de los otros, se tiran balones a la cara y la gente anda por ahí con manchas de chocolate. Pero a nadie le importa ese caos naturalmente ordenado: la cosa funciona. ¿Cómo no va a funcionar un país en el que todo el mundo lee un cuento antes de dormirse?
El país de la Inocencia, aunque no lo crean, era como el nuestro hace muchos años. Pero aquellos que no querían crecer, ésos a los que aquí llamamos locos, fueron ganando terreno y se multiplicaron hasta que no quedó ningún «cuerdo». ¿Y saben qué? Nadie los echa de menos.
Me recuerda dos cosas. Una la canción de Serrat…un hombre que un día fue feliz y otra el cuento de los peluches cálidos de Steiner. Me encanta este país de la Inocencia. Felicidades.
Pues mira que no conozco ni una ni otra. 🙂 Gracias por visitar el país.
https://www.youtube.com/watch?v=wSmFFuxip5I, la canción de Serrat
http://www.claudesteiner.com/fuzzysp.htm, el cuento de Steiner.
Estoy haciendo las maletas, yo me pido vivir allí, soy una niña!!! Yupi 🙂
Vaya planta de Serrat y vaya cuento que resume la humanidad entera. Gracias por tales documentos.
Lo “malo” de imaginar… es querer irse a Inocencia! Súper bonito, en serio 🙂
Yo tengo sitio en el coche. 🙂
Pues allá que me voy!!
Aunque no sea yo especialmente inocente!!
Besos inocentes y juguetones
A ver si no te van a dejar entrar…
Tengo una clave secreta…..con esa fijo que si
¿Me puedo mudar ahí?
Si eres una niña, sí. 🙂
Sí, yo soy… No quiero ser grande.
Me encanta!
Gracias. Me encanta que te encante.
Creo que los niños de este planeta ya son así. Luego se “desinocencian”.
Ésa es la diferencia entre nuestro mundo y el suyo.
Si algo tenemos lo niños y los locos (yo estoy entre los segundos y parte de los primeros aunque ya menos) Es que hemos perdido todo sentido menos uno, Hemos perdido el sentido del ridículo, del miedo, del miedo al que dirán, el sentido del tiempo, el sentido de la orientación. Pero lo no hemos perdido es el sentido de nuestras vidas.
Bonita realidad para este mundo de pesadilla. Abrazos.
Ay, el sentido el ridículo, menuda rémora para todos.
A que si? Pues perderlo es fácil, lo dejas aparcado en un cajón y con el paso del tiempo se te olvida de que esta ahí, un día tu mujer, pareja o compañera se pone hacer limpieza en los cajones y lo ve allí, se pregunta ¿ésto que hace aquí? Si no lo usa nunca y lo tira a la basura diciendo ¡ Fuera trastos! 🙂
A ver lo que me dura en el cajón… 😉
Mientras dura, dura, después se acabo lo que se daba. 😉
Una delicia ese país y una delicia leerte.
Inocencia fue creada por Insomnio ¿si? 😉
Ojalá pudiera mudarme a los vericuetos de ese precioso caos, aún tengo como equipaje lo más importante: la capacidad para soñarlo, ¡que no es poco!.
Abrazo grande, hoy iluminan tus letras.
Es justamente el equipaje requerido para entrar. Todo lo demás, hay que dejarlo atrás. Muchas gracias, ¡es un honor!
Un pais de cuento. Muy hermoso.gracias por tus letras.
Muchas gracias a ti, que has imaginado estar allí un ratito.
Dejar de soñar es lo que hizo crecer a los cuerdos. Menos mal que los insomnes podemos soñar incluso despiertos y conservar ese regalo que es la niñez. Por cierto, hemos llegado ya? 🙂
¿Cuánto queda? ¿Y ahora? Me hago pis.
Jajajaja, justo!
¡Qué relato tan deliciosamente loco e inocente!
¿Sabes desde dónde salen los autobuses hacia ese país?
Salen a todas horas, pero hay que viajar sin maleta y olvidar unas cuantas cosas antes de partir. Y echarle imaginación. Y huevos, jajaja.
Una estupenda entrada utópica, yo firmaba ahora mismo para ir allí.
¡Estamos llenando un autobús ya!
Me gustó demasiado este relato 🙂
¡Me alegro demasiado yo!
Bravooooooooooooo!!!! Bravooooooooooooooooo!!!! Me ha gustado especialmente lo de que las personas tengan curiosidad continua, capacidad de asombro. El problema es que más que Inocencia lo tendríamos que llamar “Utopía”….qué pena::. Oye, quién sabe???
¡Claro! Si dejamos de crecer, ¿quién sabe? Me alegro de que te haya gustado. 🙂
Me pido viajar a ese país. Y prometo llevarme toda la inocencia que aún me queda y mi vestido de princesa 😉 😉 y mi cuento favorito y, y, y…..
Besetes inocentes o así…
Mira que para llegar allí hay que dejar todo atrás… Aunque el vestido de princesa ayuda.
Bueno, vale, pero el vestido de princesa me lo llevo, que le tengo cariño 😉 😉
Salimos el jueves a las 10:00.
Vale. Yo soy la del clavel en el pelo 😉 😉
Yo llevaré mi espada, por si las moscas, y mi sombrero.
Ok 😉
A veces cruzo la frontera, y me quedo unos días, y cuando se termina el visado te invitan a salir, para que no les invadan su pequeño país tan feliz. Besos inocentes
La próxima vez tráenos un recuerdo. 🙂
Prometido …
Que hay que hacer para conseguir visa para Inocencia?
Abandonarlo todo y no mirar atrás. ¡Buen viaje!
Ya tengo un pie dentro. Un abrazo!
Creo que me haré inmigrante ilegal. No creo que lo noten. En la maleta solo llevaré disfraces.
Daré aviso de que vas siendo adulta.
Si lo haces, no te ajuntaré.
Jooooo. Pues me chivo igual.
Me enfado y no respiro.
Rebota, rebota y en tu culo explota.
No se vale. Pues nada, me piro, vampiro.
Pues si ya no existe ese país habrá que volver a refundarlo.
Feliz viernes.
¿Verdad? Deberíamos ponernos manos a la obra. Buen fin de semana.
Concuerdo con Efe, ¡empecemos!
¡Bien! Allá vamos.
Inocencia, Nunca jamás, Utopía, A la recherche du temps perdu… Todos los puedes visitar un momento mirando hacia dentro, pero no puedes quedarte para siempre. Me encanta! Creo que has visualizado a la perfección la infancia perdida. Un saludo.
¡Vaya! Conoces los países vecinos. Sí puedes quedarte para siempre, pero sin «madurar», claro.
¡Genial! Soy profesora y se lo he leído a mis niños en clase. ¡Se partían de risa solo con imaginar a los adultos viviendo así! Pero les ha encantado; me decían “ojalá…”
¿En serio? ¡Pues me has alegrado el día! ¡Muchísimas gracias! 😀
🙂 Gracias a ti!
Qué edad es la mejor para ir allí? Tengo dentro mis niños de cualquier edad, eso sí con un poco de mala idea en todos ellos. Me apunto al autobús, puedo ir encima si no hay sitio dentro.
Sólo cuenta la edad de espíritu. 🙂
Edad? Pues de niño!
¡Pues todo listo! A viajar. 🙂
Reblogueó esto en yofumoenpipa.
Vale… Quiero la nacionalidad inocente. ¿Dónde consigo el pasaporte? Pero supongo que no habrá fronteras…
Me ha gustado mucho.
Un abrazo
Hay que viajar sin maleta y sin documentos, me temo, pero algún día lo encontraremos. ¡Muchas gracias! 🙂
Perfecto… Es la mejor manera de viajar, así no perdemos nada 🙂
Ésa es la idea. 🙂
Hermoso! Soñando con estar allí! Me encanta tu blog 🙂
https://chicadepapelblog.wordpress.com/
Estaría bien mudarse allí. ¡Muchas gracias! 🙂