―Pero, ¿por qué?
―No hay un porqué. Es lo que hago.
―¡Venga ya! Todo tiene un porqué. ¿De qué sirve? ¿Quieres ganar dinero con eso? ¿En serio? ¿Un libro? Ya nadie lee. La gente ya no lee ni las multas que les ponen. ¿Un puto libro? Si fuera una novela, todavía, pero… ¿Poesía? ¡No me jodas!
―Ya sé que no voy a ganar dinero. Más bien voy a perderlo. Tranquilízate. Es lo que quiero hacer. ¿Qué más te da?
―No vale para nada. Deberías buscar trabajo.
―Debería, sí. Pero en lugar de eso voy a dejar que pase el tiempo hasta que se me ocurra algo. Y entonces, y sólo entonces, sentaré mi culo en esa silla y escribiré lo mejor que pueda. Y por un momento, sentiré euforia y me haré olas a mis propios cojones. Recuerda eso cuando estés en tu oficina reunido por gilipolleces.
―¡Vete a la mierda! ¿Y el dinero?
―¡Joder con el dinero! Ya veré.
―¿Ya verás? ¿Ése es tu plan?
―¡No tengo plan! ¡Que le den por culo a tus planes, a tus horarios y a tu móvil de empresa! Me arruinaré y me limpiaré el culo con mi libro. ¡Ése es mi plan! ¿No te gusta? ¿Quieres una reunión para evaluar los pros y contras ? ¿Te mando un resumen a la oficina?
―¡Intento ayudarte, coño!
―Eso crees… Ya lo sé. Y te lo agradezco. De verdad. Pero así no me ayudas. Déjame caer y que se me rompan los sueños. No hay nada que puedas hacer. Voy a escribir.
—Bueno, pues mientras tú fantaseas yo voy a hacer algo de verdad. Buenas noches.
Y me dejó con un portazo en las narices. Oí sus pasos hasta que se desvanecieron por la escalera. Creo que no volveré a ver a mi otro yo en un tiempo.
Vaya, vaya, también un invidente por aquí (a ver si es verdad y te deja tranquilo, porque a mí ya me tiene el mío hasta los…).
La discusión ha sido bastante fuerte. Creo que no me molestará por un tiempo… 🙂
El mío nunca se aleja mucho y me pega, eres afortunado.
Tú sigue dando vida a tus sueños. Un abrazo, Johan.
¿A qué, si no? Muchas gracias. Un abrazo.
Esta es una de las veces que voceas no?? Pues grita por mi también. Me ha encantado!
Jajajaja… Lo mandaste para el carajo… así se hace
Costó lo suyo. A veces vuelve…
Determinación y convicción
No hay otro modo.